El domingo por la mañana al costado de la catedral se coloca un grupo de breakers que realmente son buenos, admiro esos tipos que por propia vocación entrenan a diario de la manera mas estricta y a veces hasta primitiva para lograr divertirse de la forma que mas les gusta, bailar.
Cuando llegué ví que estaban calentando/estirando y frené para ver como lo hacen, siempre se puede aprender algo utíl.
Tardaron en comenzar pero es parte de la tecnica del show para juntar gente, hacernos aplaudir para que otros curiosos se acerquen y todo el choro.
El asunto y aca es donde se fué mi interes en continuar viendo el show, fué cuando el que se encargaba de hablar empezó a casí exigir al publico a que aplaudieran "al talento méxicano", que levantasen la mano aquellos que sienten "el orgullo de ser méxicano" (felíz que no tuve que hacerlo).
Todos sus argumentos se reducían a que por el solo hecho de ser méxicano todos estaban olbigados a aplaudir, pero no un aplauso cualquiera,no, sino uno con todas las ganas,chingao!. Que se note que son méxicanos....
Lo mismo sucedió al momento de pedir el dinero , que bien ganado lo tenían, " si se van es porque no respetan al artista méxicano"... y más de lo mismo, en realidad a nadie le importaba donde habían nacido, o al menos a mi no, podían ser de Vietnam, gringos o marcianos, lo importante era la calidad del show, que era bueno.
Bueno, pesar de ser un buen espectaculo decidí seguir mi camino, me asqueó tanto nacionalismo absurdo, como si nacer en determinado lugar es una virtud personal.
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